Cuando hablamos de dictados, seguramente la imagen que se nos viene a la cabeza es la del maestro/a leyendo un texto para que el alumnado lo escriba en su cuaderno; pero ¿es está la única forma de trabajarlos?.
Basándome en el artículo de Koldo Ramírez López en la revista "Maestr@ de Primaria" nº 87, realizaré una serie de propuestas al respecto, con el fin de concebirlo como una herramienta eficaz para trabajar el lenguaje desde un enfoque más comunicativo, considerando que cualquier actividad en la que se habla y se escribe puede ser etiquetada como dictado.
Veamos algunos ejemplos.
- La bolsa mágica o dictado mudo: Consiste en trabajar con tarjetas con imágenes que se colocan en una caja, bolsa,... El maestro/a irá sacando tarjetas al azar y la mostrará al alumnado para que, sin que nadie les diga nada, las escriba en su cuaderno. Es muy importante que las imágenes no del lugar a dudas y tener presente que si alguna admite varias interpretaciones, todas ellas serán válidas. Por ejemplo, si mostramos un pájaro, será por válidas las respuestas "pájaro" y "ave"Otra opción, más motivante, es que sea el propio alumnado quien vaya sacando las tarjetas a sus compañeros/as. Una vez finalizada la actividad es conveniente corregir en grupo las palabras , viendo en la pizarra las palabras bien escritas y resaltando en ellas dónde se encuentra su dificultas.
- Dictado rayo: Se enseña una palabra escrita en una tarjeta durante muy poco tiempo, pidiendo al alumnado en que se fije muy bien en todos los detalles porque la palabra desaparecerá "a la velocidad del rayo". Después de desaparecer la palabra el alumnado la tiene que escribir. Este es un buen ejercicio para retener el aspecto de la palabra, incluyendo sus dificultades ortográficas, con un grado máximo de atención. El nivel de dificultad se puede regular en función del nivel de exigencia de las palabras o variando el tiempo de exposición de estas.
- Dictado sin cortes: El maestro/a leerá el texto una o dos veces, sin paradas ni cortes. El alumnado trabajará en grupo tratando de escribir todo lo que puedan dejando los huecos que luego, su equipo, tratará de rellenar con la información recogida por cada uno de los integrantes del mismo. El objetivo es que cada equipo pueda construir el texto original. El profesorado irá adaptando la actividad a las características del alumnado. En primer ciclo de Primaria, por ejemplo, el dictado será de frases sencillas sobre aspectos trabajados en el aula. Con este tipo de actividad se fomenta la memoria y la deducción de una palabra por el contexto.
- El profesor chiflado: Se forman varios grupos y el maestro/a entrega a cada uno de ellos una serie de frases y les pedirá que se preparen para leerlas en voz alta. Grupo a grupo, irá dictando al maestro/a las frases que las escribirá en la pizarra cometiendo algún error. El grupo que se dé cuenta hará sonar algún objeto y entre todos tendrán que decidir cuál es el error y decir al maestro/a cómo corregirlo.
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